martes, 17 de noviembre de 2009

La visita del Cura sanador Padre Roque


Ayer 16/11/2009 fui al Manantial, a la Capilla o Parroquia de la Reina de la Paz, alli estaba el Padre sanador: el Padre Roque. Esta imagen de arriba es de internet, pero sirve para ilustrar lo que quiero contar, pues sucedió que al empezar la misa, habia algo sobrenatural que flotaba en el aire, y la guía de la misa dijo que apagáramos los celulares, y cuando metí la mano en mi bolsillo y saqué el celular, oh sorpresa !! : ¡¡ya estaba apagado!!, esto era algo rarísimo en mi celular ya que yo nunca lo apago durante el día, a menos que ya me valla a dormir para el otro día.
La cosa no termina ahí, sino que pasados unos poquisimos minutos, empezó a sonar la alarmita del recordatorio del celular, y esto era imposible ya que una vez apagado ésta no puede prenderse, lo único que puede prenderse es la alarma general.
Siguiendo con las cosas sobrenaturales, pasó que una vez terminada la misa y la imposición de manos, de los dos curas y del Padre Roque, una niña de 11 años aproximadamente parecía estar poseída por un demonio agonizante, así es que el Padre Roque y otro sacerdote le impusieron especialmente las manos mientras todos los feligreses trataban de hacer lo mismo con crucifijos y oraciones, pero a pesar de todos los intentos, esta niña seguía gimiendo y no se calmaba, pero de repente vino una señora (aparentemente familiar de la niña) y la sacó de los brazos de la otra señora que la sostenía en una posición incómoda, y así sin querer la niña seguía gimiendo pero ya estaba parada, y yo que estaba en ese momento justo al lado de tan desgraciada niña, se me ocurrió como a otra mujer que estaba al lado mio, de levantar el crucifijo y rezar, mientras acariciabamos la cabellera y el cuerpito de la poseida, asi es que sentí mientras levantaba el crucifijo una energía pura y fuerte que pasaba por mi y me imagino que llegó hasta la niña ya que al poco tiempo se logró estabilizar y calmar.
Gloria a Dios y espero que lo que me sucedió en ese día no sea solo una casualidad sino que Dios me siga bendiciendo y si tengo el don de curar como hacian los discipulos de Jesús en su tiempo que Dios me lo haga conocer.
de Nicolás José Neville.