Milagros de Dios.

Te haz dado cuenta hermano,
Que tienes el milagro de la vida,
Te haz dado cuenta que tu mano,
Puede ser puño o caricia.

Surcan por tus venas sangre,
Palpita fuerte el corazón,
Qué milagro quieres que pase:
Si tú ya eres el milagro de Dios.

Apuesta a abrir las puertas,
Que el que llama se le abrirá,
Pero antes arregla tu huerta,
Que si tu alma está muerta,
El milagro no ocurrirá.

De Nicolás José Neville. 12/6/2005